tomado de:
Ian Mc Donald, Revolucion in the head
(gracias amigo Jorge Senno, por orientarnos hasta este maravilloso texto)
Con Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band concluido, los miembros del grupo salieron de Abbey Road al amanecer con un acetato del disco y condujeron hasta el piso de “Mama” Cass Elliot en King´s Road, donde, a las seis de la mañana, abrieron las ventanas, pusieron altavoces en la cornisa e hicieron sonar el álbum a todo volumen sobre los tejados de Chelsea. Según Derek Taylor, “todas las ventanas de alrededor se abrieron y la gente se asomó, sin saber qué pasaba. Era evidente de quién era el disco. Nadie se quejó. Una maravillosa mañana de primavera. La gente sonreía y nos daba su aprobación”.
La publicación de Sgt. Pepper, en junio, fue un acontecimiento cultural de primera magnitud. Jóvenes y mayores quedaron asombrados. En una fiesta de mujeres mayores y ricas, el jefe de EMI, Sir Joseph Lockwood, las encontró tan “encantadas” con el álbum que después de cenar se sentaron en el suelo a cantar extractos del mismo. En Estados Unidos, la programación radiofónica normal se suspendió virtualmente durante varios días, sonando solamente temas de Sgt. Pepper. Una admiración casi religiosa rodeaba al LP. Paul Kantner, de la banda de ácido de San Francisco, Jefferson Airplane, recuerda cómo David Crosby, de los Byrds, llevó una cinta de rock Sgt. Pepper a su hotel de Seattle y la hizo sonar toda la noche en el vestíbulo, con un centenar de jóvenes seguidores escuchando silenciosamente sentados en las escaleras, como presos de una experiencia espiritual. En palabras de Kantner, “en aquel momento, algo envolvió al mundo entero y explotó en un renacimiento”.
El temblor físico que Sgt. Pepper provocó en todo el mundo no era más que un fundido cinematográfico de un Zeitgeist a otro. En The Times, Kenneth Tynan lo llamó “un momento decisivo en la historia de la civilización occidental”, una observación que ahora provoca risa, pero que sin embargo era cierta, si bien no de la manera en que se pretendía. A medida que el choque perdía intensidad, se alzaron voces de una era anterior para denunciar que esta música estaba completamente saturada de drogas. Para no promocionar el LSD, la BBC prohibió “A Day In The Life” y “Lucy In The Sky With Diamonds”, mientras otros encontraban referencias a las drogas en “Fixing a Hole” y “With A Little Help From My Friends”. Todavía peor, algunos grupos religiosos norteamericanos atacaron “She´s Leaving Home” por considerarla una críptica defensa del aborto.
Muchas de estas acusaciones eran falsas, pero sería estúpido hacer ver que el LSD no tuvo un papel fundamental en dar forma a Sgt. Pepper. El sonido del álbum- sobre todo la utilización de diversas formas de eco y reverberación- sigue siendo la más auténtica simulación sonora de la experiencia psicodélica que se ha creado nunca. A la vez, hay algo más que también está presente: una destilación del espíritu de 1967 tal como lo sentían miles de personas del mundo occidental que nunca habían probado las drogas. Si es posible que exista un “colocón de contacto” cultural existió aquí. Es posible que Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band no creara la atmósfera física de su época, pero, como reflejo casi perfecto de ella, este famoso disco la magnificó y propagó por todo el mundo.”
13 de noviembre de 2010
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