Traducción del artículo de Wikipedia en francés
El movimiento pone en juego también temas que tocan la vida cotidiana, como por ejemplo el derecho de los muchachos a acceder a las residencuas universitarias de las chicas. La figura clave de este movimiento se llama Daniel Cohn-Bendit. Cohn-Bendit se convierte en el símbolo de la rebelión contra el autoritarismo. El escritor Robert Merle, premio Goncourt 1949 y Profesor de Inglés en Nanterre, ha dedicado una novela completa a la jornada del 22 de marzo y las que la precedieron. En la novela aparecen muchos líderes de la época, y hay además un buen análisis de las causas y sueños del movimiento [2].
Los archivos del INA[3] dan cuenta de un movimiento originado en las universidades y que se extendió a las fábricas llegando a abarcar diez millones y medio de huelguistas.
Las causas de este movimiento difieren, de acuerdo a diversos analistas. Sus análisis giran simultáneamente alrededor de la idea según la cual un gran rigidez encerraba a las relaciones humanas y a las costumbres, así como de la constatación de un comienzo de degradación de lass condiciones materiales luego del período de reconstrucción que siguió a la Segunda Guerra Mundial. En esa época, numerosos "bidons-villes" se habían instalado en Paris, notablemente el de Nanterre. Los estudiantes que estudiaban en la Universidad recientemente construida allí descubrieron ese ambiente, la pobreza, la condición obrera. El descontento que nacía en el ambiente estudiantil se relacionaría con y sería reforzado por el que se perfilaba después de muchos años en el sector obrero. Así, después de la gran huelga de los trabajadores mineros en 1963, un número importante de huelgas se producen entre 1966 y 1967. El movimiento se forma también em un contexto de guerra fría, donde la oposición al "imperialismo norteamericano" adquiere un nuevo sentido con las atrocidades de la guerre de Vietnam. Al mismo tiempo, muchos militantes de extrema izquierda critican al Partido Comunista Francés por su escaso énfasis en la critica a la URSS y sus gulags.
Las dos grandes confederaciones sindicales francesas se dividen en relación al movimiento. La CFDT lo sostiene desde el principio hasta el fin. La CGT, al comienzo hostil, luego tomará el tren en marcha, para luego volver a oponerse después que las asambleas generales de jóvenes obreros rechazan los acuerdos de Grenelle escandalizando "Esto no es más que un comienzo, continuemos el combate". Rapidemente, la situación sobrepasó a los sindicatos, que encontraron interlocutores nuevos y críticos en los comités y otros grupos de discusión y de acción.
Por ejemplo, en el oeste del país, recientemente industrializado, obreros, campesinos y estudiantes se organizaron por fuera de las estructuras sindicales, en reagrupamientos tales como los comités de acción, el Consejo de Nantes, el "comité Censier", etc.
2 comentarios:
blog muy bueno...................
Gracias Duarte
Publicar un comentario