La portada del disco |
La estética del dolor: Que viva Tango, el disco de rock
Fuente: Hola Caseros
19 de mayo de 2002
Fue un 19 de mayo, pero viernes y en 1972, cuando Tanguito murió literalmente reventado en las vías del Ferrocarril San Martín en las cercanías de la estación Palermo.
Se había fugado del pabellón 13 del Instituto Borda esa mañana, dándose de cuerpo entero contra la vereda luego de trepar un paredón y terminó escapándose de todo en un colectivo de la línea 59 que lo puso en la boca del precipicio.
En el último capítulo del libro Tanguito: la verdadera historia, insoslayable biografía escrita por el periodista Víctor Pintos, los testigos más cercanos de los últimos días del rocker bonaerense entrecruzan versiones sobre el suicidio (esa idea mítica de que paró el tren), una persecución policial que terminó mal y hasta un supuesto ajuste de cuentas relacionado con las drogas.
Es una más de las discusiones sobre la leyenda de Tanguito.
El crédito compartido con Litto Nebbia en la composición de La balsa ranquea seguramente como la más polémica.
Su supuesta falta de talento para nada más que vivir en la calle y, al mismo tiempo, en las nubes o su único mérito de suicida joven proyectado a mito, tal vez sea la discusión más dolorosa sobre la obra de José Alberto Iglesias.
También conocido como Tanguito, Tango, Ramsés VII, Donovan El Protestón, Drago, Susano Valdez y hasta "el rey de los hippies" como lo llamó una revista de actualidad en 1967.
Tanguito editó un único long play (Tango en el sello Talent), lanzado como epitafio a su corta vida de 26 años, con ocho grabaciones que el productor Jorge Alvarez, con aporte de Javier Martínez, le había hecho en los estudios TNT en 1970.
Ese lugar enclavado en el centro de Buenos Aires es tal vez el único sitio que permanece en pie de todos los transitados por Tanguito y su guitarra entre 1965 y 1970.
El teatro de La Fábula, donde se presentó como Donovan, no está. Tampoco La Cueva.
La Perla del Once sí, pero reciclada es otra cosa.
Y el arenero de Plaza Francia donde fue ungido "rey de los hippies" hace rato que es definitivamente otra cosa.
Con una tapa que arrancaba una postal de Tanguito en el Instituto Di Tella, el álbum Tango fue despreciado en su momento por incompleto (lo que se grabó eran los demos para un futuro trabajo con una banda) y oportunista, al haber sido lanzado pos mortem a menos de un año de la muerte del artista.
Son criterios atendibles, hasta ahí. Si algo distingue a la música (grabada) de Tanguito, materia comprobable para todos los que escucharon el disco hayan vivido o no la época, es la inmediatez despojada de su sonido.
Con una banda, quién sabe, las canciones de Tanguito hubieran quedado fatalmente fechadas. En ese sentido, su música no fue para nada "oportuna".
Así como quedaron, sus canciones deshilachadas, heridas de vida y perfumadas de sicodelia, no responden a ningún paradigma de la época. Frente a los eléctricos (hard rock o progresiva) el álbum Tango es primitivo; contra los acústicos (folk o de proyección) sumamente desprolijo y, sobre todo, escapista.
Tango, remasterizado para CD en 1992 y ahora descatalogado, tuvo una segunda oportunidad cuando la versión libre que Marcelo Piñeyro hizo sobre su vida en la película Tango Feroz devino fenómeno de masas.
La película rompió la taquilla (necesitaba 280.000 entradas para recuperar la inversión y terminó marcando un millón ochocientos mil en 1993); el disco Tango, en tanto, vendió unas modestas cinco mil copias contra las 30.000 que convirtieron rápidamente en disco de oro a la banda de sonido.
El boom Tango Feroz acercó la época (y la épica) de Tanguito a los noventa y así como fue y vino un programa llamado La Cueva (con Antonio Birabent) y se sucedieron mesas redondas con "pioneros" para discutir a Tanguito entre el artista y el raso drogadicto asaltafarmacias.
De ese boom saldría a la luz el dúo mendocino Cain Cain, que le sirvió a Ulises Butrón el hit El amor es más fuerte.
Como nota al pie, la fiebre consiguió que RCA sacara a la luz el simple que Tanguito había grabado como Ramsés VII en 1968. Perdidas en el compilado Tiempo Feroz están esas canciones: La princesa dorada y El hombre restante. Ahí sí, Tanguito canta acompañado por la orquesta deHoracio Malvicino. Es puro pop barroco, como el de los primeros discos de David Bowie.
Una versión a criolla y voz de La princesa dorada hubiera brillado en el álbum de Talent.
Tuvieron que pasar más de treinta años para que esa presunción se volviera certeza.
Ahora, cada vez que Leo García la canta solo con su guitarra criolla le agrega un bonus track a aquel disco que ni el museo rockero (póngase la FM Mega por caso) se atrevió a canonizar.
Tango es un disco fundamental del rock argentino. Será la banda de sonido de una tragedia pero también es el disco en el que se escuchan frases como "sonrisa de clavicordio" o "quiero estar solo conmigo, tres puntos suspensivos". El disco en el que un cantante con su guitarra llena espacios calentando y estirando las sílabas hasta volverlas mercurio líquido.Un disco happening: repentino, accidentado y "documental", como dice Javier Martínez hablando entre los tracks del disco.
Tango cierra el primer capítulo del rock argentino. Al punto que si empezó con La balsa (simple de Los Gatos) en 1967 terminó con La balsa (último tema de Tango) en 1973.
Al punto que si empezó a reconocerse por el fraseo optimista del órgano de Ciro Fogliatta terminó reinterpretado en el balbuceo fantasmal de Tanguito. Al punto que en su voz que va del ronquido al falsete de bambi malherido, Tanguito resume todas las voces aquellas; las graves y bluseras (Pappo, Javier Martínez, Moris, Ricardo Soulé) y las más líricas y pop(Luis Alberto Spinetta, Litto Nebbia, Miguel Abuelo).
Ni siquera haría falta señalar todo este capital simbólico para sostener la obra grabada de Tanguito. Que es poca, sí. Y también inmensa. Pruebe de escuchar, una vez más, Natural.
Esa joya de tres tonos bien pudo haber salido de las antologías del bluesman Robert Johnson para terminar en el unplugged despedida de Kurt Cobain con Nirvana. Hay carreras enteras que ni se asoman a eso. Que viva Tango, el disco de rock.
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