Editor: Mario Rabey

31 de marzo de 2008

No les creo a los llorones

por Diego Linares

Mi mujer heredó una pequeña chacra de 17 hectáreas en Villa Cañás, Santa Fe. Cuando su fallecido padre envejeció, la arrendaba a un vecino, modalidad que se mantiene ahora. En el 2001, con el 1 a 1 y sin retenciones, la chacra le daba una renta anual de alrededor de 3000 pesos, una vez descontados los impuestos inmobiliarios. Hoy, con las necesarias retenciones, esa renta es de 15.000 pesos. Por supuesto que no vivimos de esto, es simplemente un ingreso extra, que nos sirve para medir cómo evolucionaron los ingresos del sector agrario, y tener una idea de los ingresos de los “pequeños productores” que tienen más de 50 hectáreas. No les creo nada a los llorones que dicen que con las retenciones se van a la quiebra. ¿Qué sector multiplicó por cinco sus ingresos en pesos desde el 2001? Si los ingresos fiscales por las retenciones son mal aplicados, eso es harina de otro costal. No voté a los Kirchner, y nunca voté a un candidato del justicialismo, pero lo que más bronca me da es el egoísmo sectorial que reina en este país. Cada cual chilla de acuerdo con dónde le apriete el zapato, y nadie tiene una visión del país en su conjunto. Por eso estamos como estamos. En ese egoísmo incluyo a la mayoría de los políticos.




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