Sentando postura
Amigos, conocidos, lectores fieles, curiosos circunstanciales:
Hoy deseo compartir con ustedes mi respuesta personal y hasta este momento privada, al correo de una querida amiga que decidió sumarse a la campaña mediática a favor y en apoyo a la movilización del 25 de marzo pasado y días subsiguientes de los sectores del "campo argentino" contra el gobierno nacional elegido democráticamente hace apenas unos meses.
Para eso ella me agregó en su lista de distribución de una cadena de mail muy difundida por estos días y que es una arenga escrita sobre la bandera argentina.
Como siento que esa cadena afectó mi sensibilidad personal, mis creencias y mis ideas sobre la realidad que me toca vivir, quise en esta respuesta, dejar claramente sentada mi opinión no solo ante esa amiga mía a quién conozco, respeto y quiero, sino ante todo un grupo de personas a las que en este momento les participo la misma.
A todos convoco tanto a reenviar esta carta a quienes así lo deseen identificando su origen y autor (no como aquella anónima cadena donde nuestra bandera es usada como papel para una arenga) ; así como de no estar de acuerdo, los insto encarecidamente me respondan si esta carta les resulta una invasión impropia en sus vidas o si tienen alguna crítica que hacer a mi propia opinión.
Con todo respeto.
Martín Campos - 27 de Marzo de 2008
Aquí va mi respuesta:
Queridísima Patricia,
con todo el cariño que sabés que te tengo quiero decirte que mi posición sobre este tema del “campo vs. el gobierno democrático” es total, completa y definitivamente opuesta a la movilización de los intereses oligárquicos que montados sobre algunas reivindicaciones tal vez válidas de algunos sectores del campo, se mueven en “pro” del deterioro y la caída de este gobierno popular que quiere decir “elegido por el pueblo” empujados por esta especie de “coalición cívica”, opositora, y auspiciados por algunos oscuros sectores defensores de miembros de las "Fuerzas Armadas" represores y torturadores y de sus familiares y amigos todos ellos firmes y actuales apologistas de los crímenes de lesa humanidad cometidos en nuestro país y aún impunes.
Tal vez a tus ojos eso no resulta demasiado claro y tu correo haciendo campaña por ellos podría ser un ingenuo apoyo a lo que crees una causa justa.
En fin, siendo así o no, de cualquier forma es mi obligación moral dejar claramente establecido que estoy en un todo de acuerdo con la posición del Gobierno de la Nación al que apoyo y defiendo firmemente, ya que mal podría ponerme del lado de los que históricamente ayudaron a destruir todo intento democrático y popular de instalar un estado de cosas justo en nuestra sociedad en los últimos 50 años, se llamen ellos Perón, Frondizi, Illia, Alfonsín, Néstor Kirtchner y ahora Cristina Kirtchner.
Mal podría, decía, acordar con aquellos que utilizaron los más diversos mecanismos antidemocráticos y violentos en beneficio de imponer las políticas del neoliberalismo en nuestro país desde hace más de 50 años.
“Aquellos” a los que me refiero son los abogados, contadores, ingenieros, etc., representantes de los intereses de las empresas multinacionales que, por ejemplo, en la soja exportada, se "roban" nuestros suelos fértiles y nuestra agua potable a modo de “bonus track”; de los menos de 6.000 terratenientes oligárquicos representados por la SRA (Sociedad Rural Argentina), cuyos encumbrados líderes he visto siempre sentados a la derecha del dictador de turno.
Esas 6000 familias que son los tradicionales descendientes de asesinos y ladrones de los pueblos originarios e inmigrantes desde hace 200 años, aquellos que aprovecharon siempre las crisis económicas para agrandar sus riquezas en detrimento de los más débiles;
tampoco deseo compartir el espacio de esa plaza de Mayo con los militares fascistas y sus socios civiles y religiosos que desde antes de la creación del Ejército Argentino Moderno allá por principios del siglo XX estuvieron (salvando muy honrosas excepciones) al servicio del imperio británico primero y norteamericano después y de la oligarquía agroganadera que los alimentó siempre, militares que usaron las armas entregadas por el pueblo para robar, torturar y matar al propio pueblo, armas que la sociedad les había entregado para la defensa común;
tampoco me sentiría cómodo junto al Episcopado y el clero católico ultramontano que bendice y avala indefectiblemente todos los intentos de provocar el sufrimiento, la miseria, la expoliación, la explotación, la obscena acumulación de riquezas producida gracias a la aberrante y aceleradísima transferencia de las mismas desde los sectores pobres a los ricos acorde con las ideologías y teorías económicas vigentes;
de modo alguno me resulta factible tampoco compartir esa convocatoria con los nuevos ricos de amplia fortuna y escaso intelecto, aquellos sostenedores de la amplia ideología de las 4x4;
ni con los del “voto cuota” que en los ´90 sostuvieron y mantuvieron el proyecto “Menem te estafa, te roba y te hambrea”;
menos aún junto con los monopolios de los multimedios que pretenden con un estridente “Clarín” dar forma a la opinión de “La Nación” dedicándose a mal-formar la opinión pública y a des-informar a la población en general haciendo uso de las herramientas mas viles de la propaganda subliminal; y por fin no deseo estar al lado de aquellos intelectuales que escriben y reescriben la historia a conveniencia del poder imperial para que los pequeños argentinos de hoy y de mañana no sepan como pasaron verdaderamente las cosas en el suelo donde nacieron y así poder elegir libremente.
En este caso del campo el análisis es lineal y las cuentas son sencillas, cuando los intereses que detentan el poder económico tienen pérdidas por las sagradas razones del mercado, entonces éstas son socializadas indefectiblemente y las deudas son pagadas por todos, (desde Rivadavia a Cavallo) los trabajadores, los abogados, los panaderos, los maestros, los campesinos, los poetas, los taxistas, los cartoneros, sean éstos buenas o malas personas, ejemplos de ética o perfectos inmorales, salvajes ladrones drogadictos o esforzados y virtuosos trabajadores cotidianos, en cambio cuando la coyuntura los favorece y los márgenes se agrandan exageradamente por las mismas “veleidades del mercado”, entonces todo el “socialismo” se termina y prevalece el principio de la inviolable “Santa Propiedad Privada” de modo que las ganancias son sólo del propietario y de nadie más, dios me salve y me libre de todo mal, amén. Sobre todo esto último.
Definitivamente no puedo concordar con lo que el correo que me enviaste en cadena me propone, por más que me lo pidas desde el bajo golpe de una melodramática carta escrita sobre mi hermosa bandera argentina.
Te comento amiga mía, mi única bandera sí es la celeste y blanca pero la que está sucia con la sangre de mis ancestros, dentro de mi pecho, junto con mis valores, mis muertos, mis amores y sobre todo mis propias miserias de las que cada día me hago cargo.
Patricia, si alguna vez pasó o pasa en el futuro que yo te incluya en una cadena de mails que te molesten o con contenidos con los que vos definitivamente no acordás, te pido que me lo hagas saber de inmediato, como yo ahora.
Esto lo pido bajo el principio universal de respeto por la opinión ajena que puede no ser la igual para todos.
Finalizo respondiendo que ante el pedido final de esa carta de “no te borrés”;
siento que este campo no es el mío,
de esta plaza de la discordia y el golpe institucional que se prepara desde hace meses,
yo me borro.
Te mando un gran abrazo.
Martín
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