Editor: Mario Rabey

27 de noviembre de 2011

Bocon Frascino: Por ese entonces, la gente hablaba de más

Bocón Frascino es uno de los músicos fundamentales de la historia del rock de acá. El año pasado, con su banda Engranaje, produjo un disco bellísimo: Darwin. Este texto lo envía Lautaro Aledda Cabezas, como anticipo de su próximo libro "La esencia es la misma"

Por ese entonces, la gente hablaba de más, los vecinos, todos: uno era el señalado por querer hacer rock en una era congestionada; hoy en día, creo que la vida no es solamente ser como uno es sino también tener una actitud combativa contra todo eso. Desde un poderoso con grandes intereses hasta una persona común con sus intereses, cuando vos no entrás en la necesidad de ellos, cuando no les servís pasas a ser su enemigo. Uno no puede tomar una actitud de letra de protesta mientras te están apuntando con un arma, es decir, uno tiene que buscar una posición que a ellos no les demuestre directamente pero que haga fuerza para que el tipo cambie y así no vivir con un revólver en la cabeza. No te digo “ser libre” porque ya no se puede vivir libre, pero no con un arma que amenaza.

Personalmente, yo no puedo ir y hacer quilombo para que no me apunten más, porque no es un hombre solo, es un monstruo impresionante, todo el sistema social es así, ese es el verdadero monstruo de la laguna.

Para poder caminar entre esa gente y no salir lastimado ni comerme todo eso hay que encontrar una forma de ser uno mismo y no corromperse. Los tipos no son buenos, si vos estas ahí en medio de la calle, la gente pasa y te dice “Correte, loco, tengo que pasar yo”. Es una actitud de ser fuerte con uno mismo para sobrevivir, no hay una sociedad solidaria. Por eso el rock a ellos les pegó. El rock les deschavó todo eso, les demostró que los jóvenes quieren vivir otra vida y no a ser soldados e ir a votar a un corrupto por un interés. El rock le mostró al mundo esa hipocresía.

Entonces, nosotros, seguimos pensando como pensábamos en un principio más la experiencia que nos dieron 50 años de vida. Ya pasamos a ser tipos grandes con conciencia formada. Yo estoy hablando como un hombre grande, usando esa conciencia y esa experiencia que tuve en estos 50 que me tocó vivir en esta sociedad; que por lo que veo sigue siendo hipócrita, sigue mintiendo, afanando, humillado.

En última instancia, si se da cuenta como soy me va a querer matar, si no encajas tenés que desaparecer de alguna manera. Uno no puede cambiar esta sociedad, la tradición forma parte de eso, el monstruo aparte de tener personalidad tiene armamento nuclear: es un monstruo re poderoso. No es parte de mi personalidad ir a armar una bomba para derrotarlo, sigo luchando de la manera en que yo soy y me alimenta el saber que me siento parte de millones y millones de personas que somos y pensamos igual..


El texto lo envió hace tres meses Lautaro Aledda Cabezas, diciendo:


Es parte de la entrevista que le hice a Bocón para el libro. No tengo problemas en que lo publiques y menos problemas aún si comentás que pertenece a dicho proyecto [...] hoy lo releí y pensé que te podía interesar! Genial si así fue!

Desde el 2008 lo estoy haciendo, después de que terminaron aquellas reuniones en La Perla y demás con esa gente. Es un libro que se va a llamar La esencia es la misma (como el tema de El Reloj). Y que intenta recuperar anécdotas y vivencias del primer rock del Oeste (Ramos Mejía, Haedo, Castellar, Ituzaingó y demás barrios, a la fuerza también Liniers, Floresta y Versalles). Son todas entrevistas o charlas -algunas pequeñas y otras enormes- con músicos, vecinos, amigos y toda persona que fue testigo de esa eclosión del rock que llegaba a Buenos Aires. El Oeste fue siempre un búnker para el rock y el blues, incluso en la épocas más progresivas y free-jazzeras de nuestra música.




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