Editor: Mario Rabey

11 de septiembre de 2011

Por favor no etiqueten a los chicos, déjenlos crecer y elegir por sí mismos



Marcados a Fuego
20 millones de niños y adolescentes son etiquetados anualmente con "desórdenes mentales", basándose solamente en una lista de comportamientos sospechosos.

A saber:
¿Olvida sus juguetes con frecuencia? ...¿parece no escuchar con atención?...¿evita la tarea o le disgusta la escuela?:
padece DESORDEN DE ATENCIÓN.

¿Teme a la situación de hablar en público?...  ¿es tímido en  las fiestas? :
padece DESORDEN DE ANSIEDAD SOCIAL.

¿Tiene autoestima muy alta?... ¿es muy charlatán?...¿sufre de fatiga? :
es BIPOLAR.

Sí, así de un plumazo y sin muchas estrategias de amor, se les informa a los padres de hoy en día  el "problema" que hay en casa.
No se hacen escaneos cerebrales, rayos x, tests de sangre o genéticos, que prueben que están enfermos mentalmente.
Sin embargo, son estigmatizados de por vida con el rótulo de "desequilibrios mentales".
Se los medica con drogas "infantiles".
Los laboratorios que las fabrican obtienen una ganancia anual de 4.800 millones  de dólares al año.
Son famosos, famosísimos, quién podría desconfiar de ellos?. Novartis , por ejemplo.
La droga denominada Ritalin (una especie de speed legal), comenzó a venderse a un ritmo 4.000  veces superior desde 1996, siendo esto aprobado por la D.E.A.
En números esto sería cercano a las 83,776 toneladas. Mucho, ¿no?
Creo que nos vamos entendiendo.

El Dr. Thomas Szasz (psiquiatra) ha escrito más  de 35 libros al respecto, convirtiéndose en una enorme  fuerza de choque desde el título mismo de su obra más leída: El mito de la enfermedad mental hace 50 años atrás.
Y ahí llega el enlace que puede unir nuestro presente con el pasado del “paraíso” infantil.
Szasz sostiene que los psicólogos y psiquiatras infantiles le roban al niño su más importante posesión : ¡él mismo!
Y quizás tenga razón.  No me olvido del dicho popular que dice así: “Si le hablas a Dios, estás rezando. Si Dios te habla, tienes ezquizofrenia"

Una niña a la que conozco desde que nació, comenzó a trabajar obras escultóricas en 3 dimensiones  desde los 2 años, a la vez que  fundó su primera “editoral casera” llamada La Montaña Naranja, en la cual publicó sus primeras historietas ni bien aprendió a escribir. Prensa independiente, que le dicen…
Paralelamente a estas actividades, su madre era citada por los psicopedagogos de la escuela a la  que concurría, porque la niña “ ya estaba en segundo grado”, y no parecía aprender a sumar o restar como se lo esperaba a esa edad.
Se le recomendaba (a la mamá) mientras se la llenaba de miedos, que viera “ la posibilidad” de una terapia breve.
Breve fue la charla que tuvo la mamá de la joven escultora, que se levantó sin más y despidiendo a todos con una gran sonrisa, sólo dijo: “No, gracias”.

También conozco a una actual cantante contralto, que fue enviada a estudiar Medicina y trabajó sobre la rigidez cadavérica hasta que no le dio más el cuero, para luego desprenderse del mandato familiar. Después de todo ya hacía playback en el garage de su casa cuando niña “interpretando” a Violeta Rivas, qué tanto alboroto!

Otro espíritu “indómito” solía treparse a los techos de su casa pueblerina para a mirar la Luna “desde cerca”  ya que ése era su reino de soledad máxima, o bailar música clásica durante horas frente a su espejo…Qué hubiera pasado si algún especialista en comportamientos extraños hubiera detectado a este corazón inmensamente felíz, que aún hoy en día baila todo tipo de danzas?

Conozco otro caso de un amante padre, preocupado por su hijo que no hablaba ala edad en que “tenía que hablar” , criatura a la que le fue recetada un fuerte remedio para la epilépsia ( sin tenerla) durante nada más y nada menos que un año. Para que, luego de varias consultas más, la medicación le fuera retirada y el niño tuviera una evolución congnitiva “normal “. Hoy en día el gurrumín toca el piano como los dioses, para alegría de papá y mamá.

También tengo una morocha amiga, increíblemente femenina ella, a la que se la miraba torcido en su infancia.
La razón?, muy simple , quería ser colectivera. Quedaba hipnotizada frente a la apertura del paracaídas que venía con el juguete de Mario Barakus, pero que era para ...su hermano. Arma un picadito de fútbol en cualquier rincón de Buenos Aires, con los chicos de la calle, frente a la mirada atónita de los que pasan en auto. Luchó por sus derechos a Mario Barakus, desde los 5 añitos. Sigue luchando por los derechos de los otros hoy en día. Leona.

¿Qué decir que la paradoja más cruel de todas? Las profesoras de artes plásticas que torturan a los niños “explicándoles"  que los árboles no tienen ojos o bocas. Que el mar es siempre, siempre “azul, nena”, creando una situación sicotizante a la querida criatura que habiendo viajado a Mar del Plata, como primer destino de vacaciones en su vida vió al mar Marrón como Dios lo muestra en esas latitudes! Y no azul.

Un grupo de varones inventaba juegos amorosos de lo mas sinceros y puros, mientras corría 1956.  Transcurrían en el recreo, a la vista de todas las maestras. No podían ser taaaaaan terribles. Consistían en correr a la féminas de zoquetes blancos por el patio, y al  alcanzarlas: abrazarlas!. Sólo eso, para luego recibir un reprimenda pública por conducta “deficiente”. Vaya palabrita elegían…¿Serían hoy Bipolares? ¿Se les recetaría "speed legal”? Contribuirían a la compra de la próxima mansión de alguno de los dueños de famosos laboratorios?

“¡Quizás, quizás, nunca lo sabrás!”
(como decíamos en el recreo de las 10 de la mañana, mientras nos amontonábamos en el kiosco de la escuela para conseguir un sandwich, nosotros los malditos bastardos con deficiencia severa de atención, devenidos en escritores, pintores, médicos, artistas, inventores, músicos, asistentes sociales, etc etc)

¡MANCHA!

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