En un tono que se permite ser fuertemente emotivo -es decir, expresa sentimientos-, enmarca su presencia en el escenario en la ausencia de su recientemente fallecido esposo, y en el proyecto político y económico social que hasta hace pocos días habían liderado juntos.
Recomiendo escucharla (y verla), sin kirchnerocentrismo:
ni kirchnerofilia ni kirchnerofobia.
La transcripción escrita del discurso puede leerse aquí.
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