Por Edgardo Guantay (desde Jujuy)
Recorrer la obra que el Movimiento Tupac Amaru realiza en la provincia de Jujuy es la mejor forma de toparse con su líder, Milagro Sala, y poder entervistarla. Aunque es reacia a las entrevistas, PERFIL logró traspasar los límites del mitológico Country Alto Comedero, en las afueras de San Salvador, y recorrerlo con la polémica mujer como guía. El movimiento es la tercera fuerza empleadora en la provincia.
Por Edgardo Guantay*
—¿Y por qué cree que la difaman?
—No se bancan que una negra y colla haga las cosas que hacemos nosotras
—A ver, explíqueme, ¿cuando y cómo comenzó con el movimiento?
—En los 90, cuando con Menem los compañeros se quedaron sin trabajo. Nos comenzamos a organizar en los barrios y las villas para ver cómo revertíamos la situación. Al principio creíamos que todo se solucionaba con la copa de leche (llevar comida a las familias desocupadas), pero los problemas no se terminaban allí. La cosa recién empezaba .Nos contaban que no podían estudiar porque no tenían plata, que el hambre los apretaba y que la salud se comenzaba a deteriorar, así que decidimos que había que comenzar a hacer algo y fue así que nació la organización Tupac Amaru.
—¿Cuánta gente integra el movimiento y cómo se financian?
—Tenemos 70 mil afiliados en todo el país y se subsidia con la cuota mensual de $ 3. Llevamos construidos un total de 3 mil viviendas en toda la provincia y además contamos con cinco fábricas (la textil, la de bloque, la metalúrgica, adoquines y caños) que ocupan a unos 3.500 compañeros.
—Hoy el barrio de Alto Comedero se ganó el nombre de country villero. ¿Le molesta que le digan así?
—No, porque los compañeros mismos le han puesto así, porque el barrio funciona como country, tiene fábricas, centro asistencial, pileta climatizada para que los chicos discapacitados puedan realizar su rehabilitación, ahora en los próximos días voy a inaugurar un parque acuático, así que de hecho funcionamos como un country.
—Y con tanta gente que la sigue, ¿por qué nunca se presentó como candidata?
—Porque si yo aspiro a un cargo electoral, los políticos me van a golpear sin piedad, como lo están haciendo hoy, y van a terminar destrozando el movimiento, y eso es lo último que quiero. Nos costó tanto llegar a estar que es un crimen tirar todo lo que hicimos por un cargo electoral.
—¿Cree que a través de la política se pueden modificar las cosas?
—No, para mí la política es sucia. Yo he militado mucho tiempo en el peronismo y lamentablemente lo único que me he llevado es decepción.
—Sin embargo, dicen que quien realmente manda en Jujuy es usted, y por eso la apodan “La Gobernadora”?
—Bueno, eso lo dice Gerardo Morales, y la verdad que yo no quería hablar de él. Porque él, que es radical, ha hecho que desde el municipio despidan a varios compañeros por sólo simpatizar con mi organización. El es el que está apretando a los jueces y a la policía para que me persigan.
—¿Pero usted lo escrachó?
—¿Usted cree que una negrita como yo lo va a poder apretar? Yo no tengo problemas en discutir públicamente con él para que me diga dónde están las armas y las drogas que dice que tengo. Yo sólo fui a la comisaría porque los detenidos nos pidieron asesoramiento jurídico.
—¿A cuántas personas da trabajo el movimiento?
—Unas 3.800 personas. Después del gobierno y el ingenio Ledesma, somos la tercera fuerza laboral jujeña.Y los compañeros cobran un promedio de $ 1.300, aunque nos falta emplear a 66 mil.
—¿La obra se hace imponiendo disciplina?
—No militarizamos a los compañeros como han publicado. La idea es que los compañeros trabajen, que se superen. Que terminen el secundario y sean alguien.
—¿Hay requisitos para pertenecer al Movimiento?
—Sí, estudiar. Vos podés venir de cualquier villa, sin séptimo grado, pero acá te vamos a preparar y a hacer estudiar, para que el día de mañana no formen parte del pelotón de desocupados. Hoy, del movimiento, ya han egresado 3 mil alumnos secundarios. Es que cuando te ven una negrita de mierda como yo, más te discriminan. Yo les digo a los compañeros que todos los días tienen que levantar su autoestima, que por nacer pobres no se tienen que morir pobres. Con estudio, trabajo y sacrificio pueden tener el auto, la moto o la misma computadora que tienen esos que hoy los miran con desprecio.
Esposa, madre y abuela
La pareja, de esta mujer polémica, es Pedro Raúl Noro, 65 años, un periodista con 40 años profesión en distintos diarios, como La Gaceta y La Nación y con una destacada actuación en la Facultad de Humanidades de Jujuy, donde enseña periodismo.
—¿Cómo hizo para casarse con el corresponsal del diario La Nación?
—Es que hicimos una cruza rara, entre gringo (Noro) y colla. Es una historia larga, pero nació en la CTA, él militaba en el Humanismo. Primero fuimos amigos, nos comenzamos a enamorar y finalmente nos casamos.
—¿Qué la enamoró de Raúl?
—Su humildad y su forma reflexiva de ser, él es el que me hace poner los píes sobre la tierra cuando corresponde.
—Pensé que usted era la que llevaba los pantalones.
—Yo soy una calentona y él es más reflexivo, hacemos la pareja perfecta, con él he encontrado el equilibrio.
—¿Adoptó a 30 chicos?
—Sí , algunos de ellos ya son dirigentes, otros trabajan ó estudian, Hoy en mi casa viven cerca de siete niños.
—¿Y cómo adoptó tantos chicos?
—Fueron llegando solos, son chicos de la calle que no tienen donde vivir, que no tienen un techo para dormir, ni comida. En mi casa todos los días comen 20 a 30 personas. Y yo que no me puedo negar a recibir a ninguno, porque eso me sale del corazón. Siempre digo que donde come uno, comen dos y tres también,
—¿Y usted cuántos hijos tiene?
—Dos, Sergio (24) y Claudia (23), que me dieron dos hermosos nietos.
Publicado en: Perfil, 25 de octubre
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