Editor: Mario Rabey

8 de marzo de 2008

Solidaridad con el pueblo de Colombia

Amigo:

Gracias por la terrible información que me envías.

El tuyo es un resumen tan claro de lo que viviste y de ese curso en vivo sobre esa terrible realidad, durante tu mes y medio reciente en Colombia.

¡Pobre, pobre pueblo colombiano! Es necesario construir una trama solidaria con este pueblo hermano, tan cercano y abatido por tanto dolor, entrampado en una guerra de la cual la gran mayoría solamente puede escapar. Es el deber de mujeres y hombres decentes cojnstruir solidaridad.

A los poderosos, a los que tienen buenos ingresos, a los que tienen ahorros que les permiten consumir y consumir, a los que tienen recursos a través de amigos, conocidos, protectores, ¡qué les importa ese dolor! Un dolor que, con toda seguridad, construye un mundo que es fuente de lucro para muchos poderosos.

Porque, aun cuando es necesario que haya una caracterología muy sádica entre los victimarios directos e indirectos, éstos -los que organizan, los que financian, los que dan las órdenes desde bien arriba-, seguramente obtienen grandes beneficios económicos de ese mundo amasado en dolor, sangre, muerte y despojo.

He leído que en Colombia hay decenas de miles de desaparecidos y muertos, millones de desplazados, decenas de millones de hectáreas de tierras arrebatadas a los campesinos.

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