28 de marzo de 2008
Reportaje a Mercedes Marcó del Pont
"El Estado debe intervenir más en economía"
Los dijo la jefa del Banco Nación, Mercedes Marcó del Pont al defender las retenciones móviles al campo.
Alejandro Bercovich
–¿Falló el Gobierno en explicar para qué sirven las retenciones?
–Y, uno puede hacer una autocrítica... A veces no explicamos lo suficiente las decisiones porque estamos convencidos de que son virtuosas. Igual sorprende esta reacción, porque las retenciones están desde mediados de 2002 y permiten redistribuir parte del excedente extraordinario que genera la renta agraria al desarrollo agropecuario y otras prioridades del gasto público.
–¿No será el problema que no se coparticipa lo recaudado o que no llega a las provincias?
–Creo que la discusión es ideológica. Se ha teorizado mucho sobre la sojización y el monocultivo, sobre la pérdida de rentabilidad de otras actividades, pero no se entiende el rol de las retenciones para fomentarlas.
–¿Por qué se desecharon propuestas como la de un esquema diferencial para los más chicos?
–Eso suena muy atractivo pero no le veo forma de implementación. Si no se pone un límite a la soja se tornan inviables las otras actividades.
–Hasta ahora la sojización se dio durante el gobierno de Kirchner.
–Muchos pedimos las retenciones desde la devaluación y específicamente las móviles, que son la forma más eficiente de captar esa renta extraordinaria. El campo no dio tiempo para debatir. Cuando oigo a quienes han sido compañeros de lucha contra la convertibilidad, como Eduardo Buzzi, veo muchas contradicciones.
–Usted destaca que las retenciones captan renta extraordinaria. ¿Por qué el Gobierno disimuló el impacto fiscal de la suba?
–Lo que pasa es que el principal riesgo con este esquema no lo asume el productor sino el Estado, porque si bajan las cotizaciones cae la recaudación. Y además ésta no es una medida fiscalista.
–¿No se usa la caja para disciplinar a gobernadores con la obra pública?
–Hay un relevamiento permanente del Gobierno de las necesidades de obra pública de las provincias. Es una discusión ideológica. No hay más que oír a los que piden que el Estado se retire y que se liberen los mercados.
–¿No oyó a quienes plantean que no hace falta menos sino más regulación y que se podría volver a la Junta Nacional de Granos?
–Coincido absolutamente. Eso es lo que hicimos con el mercado consignatario yerbatero en Misiones y Corrientes.
–¿Puede redoblar el Gobierno su intervención en los mercados si se tensa la pelea con el campo?
–Para una política agroalimentaria integral hace falta un Estado regulando e interviniendo. Pero si la retención móvil fue revulsiva para ciertos sectores concentrados, ni quiero pensar lo que plantearían ante políticas más activas.
–¿Qué? ¿Un golpe de Estado como el que denunció Luis D’Elía?
–Y... a mí los cánticos del cacerolazo de ayer (por el martes) en Olivos me hicieron poner los pelos de punta. Menos mal que no tenemos plafond político ni fuerzas armadas legitimadas u organizadas...
–¿Lousteau se debilitó políticamente?
–Esto no fue un capricho de Martín. Él está respaldado por la Presidenta y pensar que lo pueden echar con este paro es no entender la decisión. La Presidenta y todo el gabinete están convencidos de que esto es superador. Todas las tensiones inflacionarias que hay requieren potenciar la intervención del Estado.
–¿No sería reconocer que la política contra la inflación fracasó hasta ahora?
–Todas las tensiones surgen de la puja distributiva. En un país que reduce así el desempleo y crece así, todas las presiones son por quién se apropia del excedente.
Crítica de la Argentina
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