Raquel Jodorowsky
adaptado para cantar
por
Silvia Washington, ca. 1967
Oh Gran Señora de la Noche
acercanos a tí.
Cuando ya no nos quede nada más del alma
conviértenos.
En la oscuridad píntanos de rojo,
el color de la vida.
Mientras el tiempo aumenta tu llegada
defiéndenos
de los que siempre estan apedreando
nuestra antigüedad
y no nos creen que fuimos
semejantes a un ángel
provisto de alas.
Conviértenos en algo resplandeciente
como el fuego.
Y no expliques todo lo que sabes,
no des fin al misterio.
Destínanos a existir más tarde viviendo.
Haznos habitar muchos mundos
al mismo tiempo.
Gran Señora de la Noche,
en tu corazón de hongo alucinante
seremos inmortales,
aunque posiblemente un día
nos asesine dios.
Ocúltanos tras una máscara de hombre
el Verdadero Rostro.
Espíritu Innombrable
en el humeante espejo
que consulta el sol
detén nuestra imagen.
No nos hagas parecidos jamás
a otro ser humano
para que nadie se atreva a violar
la prohibición
de quebrar nuestros huesos
otra vez en la tierra.
20 de noviembre de 2010
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