Editor: Mario Rabey

12 de septiembre de 2008

Discriminación - (6) violencia y construcción del estado

La violencia y la construcción de los estados: el caso de Palestina e Israel

Mario Rabey

Estos comentarios que acabo de hacer sobre la violencia, la paz, la guerra, el intercambio de cónyuges, el comercio, la construcción cultural y el tratamiento -por desplazamiento- de las diferencias en las sociedades pre-estatales, me permiten redondear la presentación general y buscar un cierre al tema que estoy discutiendo. Planteo entonces que las diferencias en las sociedades mal llamadas primitivas se tratan de manera muy poco cruenta, porque son diferencias externas y son diferencias de complementariedad.

En cambio, las diferencias en las sociedades complejas son múltiples y lo que está en juego tiene una escala muchísimo mayor que conseguir una esposa o un esposo, o conseguir una canoa un poco mejor hecha o conseguir las piedritas para hacer flechas. Lo que está en juego es, por ejemplo, construir un estado o construir el control de territorios con millones de habitantes, importantes recursos naturales, o situaciones geopolíticas que permiten su control.

Por ejemplo, consideremos el tema que tuvo que tratar la Organización de las Naciones Unidas cuando tuvo que terminar de definir el proceso histórico comenzado con la declaración Balfour -en 1918-, la carta del Primer Ministro Británico Balfour a un prominente filántropo judío, el Barón Lionel Rothschild, cuando termina la Primera Guerra Mundial, cuando se reparte el Medio Oriente -que hasta ese momento había sido parte del Imperio Otomano- entre Francia e Inglaterra. En ese momento, la Sociedad de las Naciones le había dado a Inglaterra el mandato sobre Palestina. En su carta, Balfour declara –“en nombre de Su Majestad”- que ve positivamente que se instale allí el “hogar nacional judío". Para esa época, ya hacía por lo menos veinte años que organizaciones filantrópicas judías estaban llevando a cabo acciones de migración y colonización en Palestina. Treinta años después de la declaración Balfour, la ONU aprobó su resolución de Partición de Palestina, que la dividía en dos estados: uno para los judíos y otro para los palestinos.

¿Ustedes escucharon alguna vez que le hubiesen preguntado a nuestros hermanos, a nuestros paisanos los palestinos, acerca de sus ideas al respecto? ¿Alguien les preguntó si estaban contentos que ahí inmigrara gente para construirse un país? Nunca nadie les preguntó nada. Esto fue una decisión tomada unilateralmente por Inglaterra, una potencia imperial y colonial, que tenía importantes intereses en aquella región, como después los tuvieron los Estados Unidos de Norteamérica a partir de la Segunda Guerra Mundial, asociado con Inglaterra. Y el resultado actual de esa historia es que hoy tenemos un muro de varios metros de alto, que separa lo que quedó de ese estado para los palestinos que había establecido la partición de la Palestina histórica por la ONU en 1948, hace un poco más de sesenta años. A los palestinos les ha quedado un territorio mucho más pequeño que la Palestina histórica, separado por un gigantesco muro del resto del territorio, que incluye a Israel y a gran parte de la "Palestina" creada por la ONU, donde hay hoy asentamientos donde habitan cientos de miles de "colonos" israelíes -todos ellos obviamente judíos-.

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