Editor: Mario Rabey

12 de agosto de 2008

Días de Ira


Carl Dreyer y su parábola del nazismo

Una película sobre el terror que hace posible el control social y cultural


por Mario Rabey

En 1943, mientras Dinamarca estaba ocupada por Alemania Nazi, Carl Dreyer filmó su memorable película Días de Ira (Vredens Dag en su versión original en danés). Memorable por la maestría de Dreyer (ya demostrada en varias películas anteriores, como Juana de Arco y Vampyr). Pero especialmente memorable por constituir un formidable alegato anti-autoritario en medio del régimen más despiadadamente autoritario del siglo XX.

Ambientada en algún momento de la Dinamarca del siglo XVII, y a partir del drama Anne Pedersdotter del noruego Hans Wiere-Jennsens, quien vivió unos treinta o cuarenta años después que Heinrik Ibsen y probablemente haya recibido una importante influencia de éste.



La historia narrada en la película transcurre en una aldea controlada por la iglesia luterana, donde su arzobispo, viudo, se ha casado con una mujer un poco mayor que su muy joven hijo, quien en los primeros quince minutos de la historia regresa al hogar paterno, donde acaba de ser apresada una mujer acusada de bruja. A estos cuatro personajes principales (padre, joven esposa, hijo y "bruja"), se agrega la abuela (la madre del obispo), alrededor de la cual se construye el núcleo de la tragedia.

El final es magistral y concluye con un impresionante e inesperado monólogo de la protagonista principal (Anne Pedersdotter).

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