Editor: Mario Rabey

17 de octubre de 2011

Los cogotes y las dagas siempre andarán cerca. Pero a veces me parece que la Benita se va a rebelar

Daniel Illanes

"RECETA:

De cuatro a seis cucharadas de grasa. La cebolla se fríe a fuego lento. No se olvide de agregarle perejil, tomate, cuatro dientes de ajo, orégano, sal, ají molido. Los menudos tiernos se pican crudos y se le agrega unos jarros de sangre. Sangre de degolladura.

Un cucharón de caldo, dos cucharadas de vinagre. Un jarro de harina desecha en agua fría. Se hierve a fuego lento no demasiado tiempo. Una media hora. Así la hace la Benita.

Con esta daga que usted ve ahí, he degollado cristianos, novillos, chivos. Y también gringos e indios. Si se trata de cristianos usted les inclina la cabeza tomándola fuerte de los pelos, al chivo lo pilla de las orejas, les traza con firmeza el tajo y viene el chorro caliente de sangre, un grito, algo así sale de la misma herida y en un borbotón esta daga los saca de la vida.

El degüello es lo principal de la chanfaina. Y un jarro con aguardiente y agua. O dos. No mucha agua. No exagere en eso. La Benita es lo que viene después.

Así ha sido y será el mundo. Los cogotes y las dagas siempre andarán cerca. Pero a veces me parece que la Benita se va a rebelar. A veces se retoba, o anda resabiosa por la galería. Trae desgano cuando viene con el agua del pozo. Y un rencor adormilao en los ojos. Algo está pasando, o va a pasar, y yo no lo puedo entender. Pero en el aire veo tiempos lejanos que vendrán. Yo hago como que no me doy cuenta..."

[TEXTO HALLADO EN UNA ALFORJA EXTRAVIADA EN LAS INMEDIACIONES DEL PASO CAMARGO, POSIBLEMENTE EN 1841, DÍAS ANTES O DESPUÉS DE LA BATALLA DE ANGACO]

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