Editor: Mario Rabey

1 de julio de 2008

El Partido del campo y el huevo de la serpiente


por Carlos Iorio

1º) El "Partido del campo" ya está constituido, si no de derecho, de
hecho. Su signo ideológico es claro: derecha tendiendo a ultraderecha

2º) Las actitudes que estos días vienen observando los representantes de ese partido en el Congreso Nacional, hace recordar demasiado a las que observaban los integrantes del bloque del NSDAP (Nationalsozialistische Deutsche Arbeiters Partei o, más simplemente, "Nazi") cuando lograron conquistar un número considerable de bancas en el Reichstag.

3º) Ya hasta se podría decir que tienen un candidato a Führer, que da el perfil por sus condiciones histriónicas, su culto a la violencia (recordar su referencia a las armas en los piquetes agrarios), su "viveza" y "picardía" criollas, aunadas a su total falta de genuina preparación cultural y, más aún, a su desprecio por la misma así como por las formas democráticas: el energúmeno de Gualeguaychú.

4º) Con las intervenciones de los representantes del "campo" en el congreso se da un fenómeno novedoso que podría inscribirse como componente del clima "destituyente": fungen de hecho como diputados -es decir, como representantes del pueblo-, al menos en lo que al uso de voz (por suerte, aún no de voto) se refiere, amplificada como en todos estos cien días, por nuestros inefables medios, en detrimento de las voces de los legítimos (constitucionalmente hablando) representantes del pueblo. Si mucho se ha hablado y han corrido ríos de tinta acerca de las falencias de las formas democrático-representativas, los fenómenos en curso en estos días en nuestro país darían material a los estudiosos para escribir al menos una biblioteca entera.

¡Ojo con el huevo de la serpiente!

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