29 de diciembre de 2011
Luis Alberto Spinetta: contrapunto de canciones
L.A.S. (la mejor droga)
Cronista por naturaleza
(Inés Ambrogio)
Tres chicas criadas en un colegio privado de monjas, llegan a un coqueto club del barrio de Caballito para practicar tennis.
O natación, o algo.
Algo que las aleje del rock, según papá y mamà. Son casi niñas, tienen sólo 13 años.
Pero ya se coló en la clase de música del colegio algún tema de la banda Arco Iris, y una cosa lleva a la otra.
El colectivo las alcanza al centro de la ciudad, zona Retiro, Galería del Este, disquería "El agujerito".
Se dice que por ahí pasa caminando a veces el autor de algunos temas.
Los chicos del club llevan la guitarra criolla, y se sientan en el umbral del club Ferro.
Sin entrar, tocan "Muchacha ojos de papel".
El mundo de repente es de colores y gira bajos sus pies.
Sus marchas se detienen, y los bolsos quedan en el piso.
Con alguna excusa, atrasan la entrada.
Después de todo, nadie quería traspasar el portal que llevaba a ese lugar tan pulcramente aburrido.
Son ellos los autores de este tema?
La canción, es al mismo tiempo el "Amor a primera vista" del que tanto han escuchado hablar?
Cómo puede suceder todo al mismo tiempo?
Los bolsos con las molestas raquetas comienzan a quedar intactos desde que salen de casa hasta que vuelven.
Jamás, pero jamás les ha interesado el deporte.
Ahora menos.
Solo quieren saber quién ha compuesto esa canción.
No se animan a hablar con los guitarristas porque son mucho más grandes que ellas,
llevan el pelo largo y una barba púber.
Tienen 17 años, y además son tan lindos...
Mamá quiero una guitarra igual, las tres al unísono.
La consiguen. Papá y mamá creen que estudiarán música clásica.
Ahora solo falta lo más difícil. Hablarles.
Sacar los tonos, eso.
Para sacar los tonos, hay que hablarles.
Quén va primero? Andá vos, que sos más alta.
Carraspeo, mirada totalmente turbada.
Perdón, me enseñás a tocar "Muchacha"?
Una ola de música entra en sus vidas.
Los pies se enfrían, como cuando entran al mar de repente.
La poesía se hace difícil de entender a veces.
Pero no importa. Viajan en el tiempo, mirando posters de Almendra o Pescado arrancados de las paredes de alguna calle.
Horas de mirar al Flaco a los ojos, que ahora cuelga al lado de sus camas.
Uso del diccionario... inútil.
Ingreso al Surrealismo sin anestesia.
Artaud, Cantata, reuniones para descifrar el contenido.
Todo es inútil, y apasionante al mismo tiempo.
Las chicas renuncian al club, pero no a la calle Cucha Cucha.
En la puerta, ahora hay contrapunto de canciones.
Y a la manera de los Beatles, que cruzaban la ciudad en colectivo porque les había llegado la noticia de que "alguien" sabía tocar una nueva nota complicada, las tres niñas llegan a plaza Francia, pues se corre el rumor de que hay otro alguien que se sabe todas las notas de "Cantata de puentes amarillos".
Las olas no tienen fin, siguen girando y girando.
De noche plateadas, de día doradas del sol.
Conocerlo es amarlo.
Superstición. Droga alucinógena.
Magia negra y Alquimia.
Golondrinas de Plaza de Mayo.
Las tres mujeres hoy, aprietan bien los puños y le rezan a algún Dios de la Adolescencia.
Se han perdido el rastro entre ellas. Ya no se ven.
Se recuerdan mutuamente frente a la carta de Luis.
Como para detener el tiempo, como si con eso alcanzara para cristalizar su corazón de diamante.
Por si acaso él quisiera abrirse del Ser y la Nada.
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4 comentarios:
El texto es hermoso.Tan cierto y querible que da placer,escalofrío.
Es maravilloso, mas que un recuerdo, una imagen grabada en la memoria de una epoca en que todo estaba cambiando... muy lindo, muchas gracias, lo comparto
Hermoso .
el salto a la poesía de la vida en seis cuerdas
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