"POSEÍDOS ENTRE SOMBRAS" (2x1)
de Alejandra Pizarnik
Segismunda:- Si pudiera dormir, vería los mares y los laberintos y los arcoiris y las melodías y los deseos y el vuelo y la caída y los espacios de los sueños de los demás vivientes.
Futerína (su madre): (socarrona) -¡Tiene sueños de espía!
En los diálogos hábiles y elegantes de "Poseídos entre Sombras" la autora no solo incorpora fragmentos de su propia obra poética, sino que también saquea los arcones del teatro del absurdo y copia, casi verbatium "Final de Juego" de Samuel Beckett. Copia la estructura, las direcciones escénicas, la in-movilidad del personaje central, la función del doble, el caracter fantasmático de las figuras paternas, las fijaciones sexuales, la presencia de un ser incompleto perteneciente al mundo infantil (la muñeca), y sobre todo copia los díalogos, muchas veces reproducidos sin más innovación que el uso del color local, el lunfardo y las referencias paródicas a la cultura vernácula.
Habría que decir enseguida que, al ver "Poseídos entre Sombras" se tiene la impresión de estar presenciando dos obras en una (2x1): el final del juego ilógico de Beckett y el final del juego poético de Pizarnik, justamente el final del juego de la poesía.
Instrumento fundamental en el proceso de miniaturización, la muñeca funciona también en Pizarnik como alter ego y testigo lúcido conectado a la infancia y a los deseos perversos.
Segismunda:- Personajito pequeño ¿quién sos?
Lytwin: - No soy tan pequeña. Sos vos quien es demasiado grande.
Segismunda:- Pero...¿qué sos?
Lytwin:- Soy un yo, y esto que parece poco es más que suficiente para una muñeca.
María Negroni, "La Testigo Lúcida"
9 de octubre de 2011
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